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Expensas ordinarias y extraordinarias

Tech & Science

En el intrincado mundo de los barrios cerrados, las expensas se erigen como un tema de conversación constante, una fuente de preocupaciones y, a veces, de disputas. La comprensión de los gastos ordinarios y extraordinarios es fundamental para la convivencia armónica entre inquilinos y propietarios, donde cada uno de estos grupos observa la situación desde su particular prisma. Mariano Pico, director de BA Property Managers, aporta una visión enriquecedora a este diálogo, donde su experiencia y conocimiento se vuelven cruciales para entender la complejidad y la importancia de una gestión eficiente y transparente de las expensas.

Las expensas en un barrio cerrado no son un asunto menor. Estas cuotas mensuales, destinadas a cubrir los gastos comunes del complejo, varían en función de múltiples factores: desde el mantenimiento de áreas comunes y servicios hasta inversiones en seguridad y mejoras infraestructurales. Los gastos ordinarios, aquellos recurrentes y previsibles como la limpieza, el mantenimiento de jardines, piscinas y la seguridad, constituyen la columna vertebral de las expensas. Son gastos esperados, que se planifican mes a mes y que, según Mariano Pico, requieren de una gestión transparente y eficiente para garantizar que cada peso aportado se destine de manera efectiva a mantener la calidad y el valor del barrio.

Por otro lado, los gastos extraordinarios son aquellos que emergen de situaciones imprevistas o de proyectos de mejora y expansión. Pueden incluir desde reparaciones importantes después de una tormenta hasta la construcción de nuevas instalaciones deportivas o de esparcimiento. Estos gastos, aunque necesarios, suelen ser fuente de tensiones, ya que implican un desembolso adicional que no todos los residentes están dispuestos o preparados para afrontar.

La visión de los inquilinos y propietarios sobre estos gastos puede variar significativamente. Los inquilinos, cuyo compromiso con la propiedad es generalmente a corto plazo, tienden a ser más sensibles a los aumentos en las expensas, especialmente si estos están vinculados a gastos extraordinarios que no perciben como beneficios directos durante su estancia. Los propietarios, en cambio, suelen tener una visión a más largo plazo. Inversiones en mejoras y mantenimiento no solo incrementan la calidad de vida dentro del barrio, sino que también pueden revalorizar sus propiedades.

Mariano Pico señala que la clave está en encontrar un equilibrio entre las necesidades inmediatas y los proyectos a largo plazo, asegurando que tanto inquilinos como propietarios se sientan representados y que sus aportes se traduzcan en beneficios tangibles. Esto requiere de una comunicación efectiva y constante, donde las decisiones sobre gastos extraordinarios sean consensuadas y donde la transparencia sea la norma.

… la clave está en encontrar un equilibrio entre las necesidades inmediatas y los proyectos a largo plazo

La importancia de destacar claramente en las expensas los gastos ordinarios y extraordinarios no puede subestimarse. Esto no solo facilita la comprensión y aceptación de los gastos por parte de los residentes, sino que también permite una mejor planificación financiera. Mariano Pico resalta que una discriminación detallada de los gastos no solo es una herramienta de transparencia, sino también un mecanismo de control y eficiencia. Permite a los residentes ver dónde y cómo se está invirtiendo su dinero, fomentando un sentido de pertenencia y responsabilidad compartida.

Además, una gestión eficaz y transparente de las expensas puede ser un factor diferenciador para un barrio cerrado. En un mercado cada vez más competitivo, donde los potenciales compradores e inquilinos valoran la claridad y la previsibilidad de los costos asociados a una propiedad, una buena administración de las expensas puede convertirse en un atractivo adicional.

Mariano Pico, con su experiencia en BA Property Managers, aporta una visión pragmática y equilibrada en este aspecto. Él entiende que la administración de un barrio cerrado no es solo un asunto financiero, sino también un ejercicio de construcción de comunidad. Una gestión eficiente y transparente de las expensas refuerza la confianza entre los residentes, fomenta la participación y contribuye al desarrollo sostenible del barrio

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